Divorciarse a partir de los 50: “Intentan estirar una relación deteriorada hasta que los hijos sean mayores”
Las disoluciones matrimoniales que más han crecido (9%) en los últimos diez años son en la franja de edad de la cincuentena. Las razones son diversas pero apuntan al cambio de variables sociales, al desgaste y al descuido de la pareja
Francisco P. tiene 54 años, es consultor, vive en Madrid y se divorció con 53 tras 20 casado. Jesús F., tiene 62, también vive en Madrid, es auditor y se divorció cuando tenía 57 y tras 24 años de matrimonio. P. R. tiene 70 años, vive en Burgos —se mudó después del divorcio—, está jubilada, fue funcionaria de justicia y su matrimonio se rompió hace 14, cuando tenía 56 y quedaba poco para celebrar las tres décadas de casados. Son solo tres de los casos que han engrosados las cifras de divorcios a partir de los 50 años. En los últimos 10, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), las disoluciones matrimoniales que más han crecido (un 9%) son las de la franja de edad de entre 50-59 años. Ninguna otra ha tenido un incremento tan grande y la mayoría incluso ha disminuido. Las razones de tantos divorcios a partir de los 50 son diversas. Muchas, sin embargo, cuando no hay una tercera persona de por medio, se deben al desgaste de tantos años de relación, al descuido de la pareja y a la madurez de los hijos. Coinciden en este diagnóstico Elena Cocho, psicóloga experta en terapia de pareja y Manahem Moya, mediador familiar en UNAF, la Unión Nacional de Asociaciones Familiares.
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