La farmacia del barrio ahora es un almacén de conservas: Valencia se convierte en un centro logístico gigante
Estadios de fútbol, pequeños locales comerciales y hasta centros cívicos se llenan de voluntarios para gestionar las incesantes donaciones que llegan de todas partes de la ciudad
Una estrecha peluquería de barrio o el interior de un estadio de fútbol, cada metro de espacio cuenta para responder a la crisis humana provocada por la dana. Varias docenas de puntos de recogida de alimentos e insumos han surgido a lo largo y ancho de la ciudad de Valencia desde el día posterior a las inundaciones. Sin embargo, sin importar el tamaño del recinto, todas lidian con el mismo problema: organizar la llegada y salida de las incesantes donaciones que arriban de todos los puntos de la ciudad y de España. Miles de voluntarios de todas las edades se han volcado en que el engranaje de estos centros no se detenga un solo minuto. “Aquí empieza todo”, señala un joven en el estadio del Levante, al norte de la ciudad, mientras se agacha para meter un par de palas en una caja que en contadas horas terminará en alguna de las poblaciones afectadas por la catástrofe.
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