La lucha por la agroecología y los derechos de las campesinas de Mariama Sonko: “Intentaron callarme, pero no lo lograron”
La senegalesa preside una organización regional que agrupa a 175.000 agricultoras de ocho países. Su sueño es que la tierra sea para quien la trabaja
Al casarse con 17 años por presiones familiares, Mariama Sonko se fue a vivir a Niaguis, el pueblo de su marido, un pequeño núcleo agrícola en la región de Casamance, al sur de Senegal. Allí empezó a trabajar la legumbre y se involucró en una asociación de campesinas. Constató con rabia que la tradición impedía a las mujeres poseer tierras y que solo podían aspirar a alquilarlas en condiciones abusivas. Ya podían decir las leyes lo que quisieran: el peso de la costumbre convertía su supuesto afán igualitario en papel mojado.
¿Cuál es tu reacción?