‘Mememario’ Vaquerizo
Puede que Mario no pase a la historia como cantante de las Nancys Rubias, pero el vídeo de su caída merece entrada propia en la Memepedia
Va un señor muy señoreado caminando por la calle con toda su pompa y circunstancia a cuestas, resbala con una piel de plátano tirada en la acera y acaba dando con todos sus huesos y su prosopopeya en el suelo. El gag, inmortalizado por Charles Chaplin en 1915 en el cine, es, en realidad, tan viejo como el primer homínido, u homínida, que logró enderezar el lomo, empezar a andar erguido todo chulo sobre las dos patas traseras y, por lo que fuera, se escogorciara al pisar una boñiga de hipopótamo ante el choteo general de la manada. Hay algo irresistiblemente cómico en ver a alguien que no te toca nada caerse inesperadamente y luchar un microsegundo por conservar, a la vez, la verticalidad, la integridad física y la moral, no necesariamente por ese orden, antes de estamparse contra la cruda realidad de que no somos nadie. Hasta el punto de que desde el gag del plátano, a los juegos de los troncos de Humor amarillo, los trompazos son apuesta segura para cómicos de todo el globo y constituye un género humorístico en sí mismo: el slapstick, lo llaman los anglosajones, que tienen un nombre para todo.
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