“Ojalá enfermes de cáncer”: empleado electoral, un trabajo de alto riesgo en Estados Unidos
Las conspiraciones alentadas por Trump multiplican las amenazas contra funcionarios como Bill Gates. Supervisor de un condado clave de Arizona, deja su puesto tras un diagnóstico por estrés postraumático
La película experimental de la temporada en el Estado decisivo de Arizona es la transmisión multicanal en internet —24 horas al día, siete días a la semana— del proceso de tabulación de los votos por adelantado emitidos en el condado de Maricopa. Es una de esas películas en la que, como diría el personaje de Gene Hackman en La noche se mueve, ves crecer la hierba. Sus protagonistas, decenas de empleados electorales, pasan el día sentados por parejas formadas por un miembro de cada partido, verificando las papeletas defectuosas que la máquina de conteo de última generación no procesó correctamente. A veces, un técnico la abre y la limpia. A eso del mediodía, esos trabajadores, a los que no les está permitido tener móviles, comer o beber en la sala, se turnan para salir al almuerzo o a echar un pitillo. Es el momento más trepidante del día.
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