Que el espanto me lo cuente Pedro Simón
Jodida tarea la suya. Convivir con el horror, con los que sobrevivieron en nombre del “sálvese quien pueda”, con aquellos a los que solo les queda la resignación o las ganas de morirse cuando han perdido a los que amaban con la dana
Como el viernes era el día de los Santos (¿Quién será esa divinizada especie?) y hoy sábado el de los Difuntos (eso si lo sé, todos los hemos llorado) decrece por las mañanas en las televisiones la atención hacia el monstruo. Solo La 1 sigue insistiendo en la atención a los náufragos y a los muertos. El resto exhiben las enlatadas y acostumbradas majaderías, concursos, realities, esas cositas tan populares y cochambrosas. Pero hay un momento en el que apago la televisión, es horrible ser testigo todo el rato de la tragedia ajena, sentirte calentito en tu casa ante los que lo han perdido todo o casi todo. Algunos no gritan contra su destino, se muestran resignados, han sobrevivido o a lo peor están bloqueados por el dolor extremo. Cuentan que han muerto muchos viejos y también niños. Pobrecitos los ancianos, me da igual que hayan sido virtuosos o cabrones. No tuvieron fuerzas para escapar del desastre.
¿Cuál es tu reacción?