Tener trabajo y ser pobre
La pobreza laboral reclama una redistribución de la riqueza que evite su cronificación
Dieciséis años de crisis encadenadas han dibujado un nuevo rostro de la pobreza en España. Tener un trabajo en un país con un razonable crecimiento económico y que crea empleo ya no significa escapar de la precariedad. En 2022, casi una de cada tres personas (el 29%) en riesgo de pobreza tenía trabajo, pero de tan baja calidad que resultaba insuficiente para salir de la escasez, según un informe publicado la semana pasada por Oxfam Intermón. Otro estudio difundido en junio por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social precisa que los empleados son el grupo más numeroso entre la población pobre, por encima de parados, jubilados y otros inactivos. Según este mismo análisis, el año pasado casi 2,5 millones de ciudadanos eran pobres pese a tener un empleo.
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