Trump, ante el reto de parar la guerra en Oriente Próximo sin dar la espalda al aliado israelí
Gaza, Líbano e Irán, bajo la losa de las decenas de miles de muertos del último año, miran hacia Estados Unidos ante la incógnita de cómo el presidente electo piensa abordar el conflicto regional
La determinación de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, por acabar con las guerras que puedan salpicar a su mandato no implica que vaya a claudicar en ninguno de sus principios y muy especialmente el de “America First” (América Primero, en inglés). Tampoco que vaya a dar la espalda a su aliado israelí, cuyas tropas combaten en territorio libanés y en Gaza como principales escenarios de una contienda regional con decenas de miles de muertos en el último año. A poco más de dos meses de su toma de posesión, Oriente Próximo, con otros frentes bélicos más en ebullición, observa su regreso a la Casa Blanca, en líneas generales, con inquietud e incertidumbre. Ese clima imperante contrasta con la aclamación con la que ha sido recibido por el Gobierno que dirige el primer ministro Benjamín Netanyahu en Israel. ¿Cómo va a afectar la política y las decisiones de Trump a israelíes, palestinos, libaneses o iraníes sacudidos por el conflicto?
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