Y el templo se derrumbó sobre los filisteos
El hotel King David de Jerusalén seguirá funcionando hoy con delicadeza, mientras no muy lejos se está produciendo un genocidio y caen las bombas indiscriminadas sobre Líbano y Gaza
Antes de empezar con este oficio de escribir, durante mi adolescencia yo tenía a los escritores y a los artistas como seres de otra naturaleza, tocados por la divinidad. Pero con el tiempo supe que desde siempre hubo poetas, pintores y músicos que además de tener la capacidad de crear toda clase de belleza eran auténticos facinerosos en su vida privada, empezando por los seres que pueblan la Biblia, libro sagrado, que contiene los crímenes más terribles, las batallas más sangrientas rematadas con degüellos de mujeres y niños, todo lo más sórdido del espíritu humano entreverado con los versos inmarcesibles del Cantar de los cantares, que inspiraron el Cántico espiritual a San Juan de la Cruz. Los delitos más nefandos cometidos por reyes y jueces de Israel se alternan con los consejos del Eclesiastés, que constituyen una profunda enseñanza sobre la fugacidad de los placeres, sobre la recompensa del esfuerzo, sobre las injusticias y la caducidad de la vida. Alguien muy sabio ha escrito: “Si un día sientes que tu agnosticismo flaquea, lee la Biblia y desaparecerán todas tus dudas”.
¿Cuál es tu reacción?