De portador de historias a símbolo de estilo, así se ha convertido el libro en el nuevo objeto de culto
En un mundo dominado por lo digital, el libro físico no solo sobrevive, sino que se reinventa como objeto de deseo. Recomendaciones de celebridades, ediciones cuidadas que triunfan en redes… ¿Qué hay detrás de esta nueva “fetichización” del papel?
Reconozcámoslo. Quien más y quien menos ha posteado en Instagram una foto del libro que se supone que está leyendo. El que toque de Sally Rooney, o cualquiera de Eve Babitz o Joan Didion, aunque nunca estos dos últimos al mismo tiempo. La trilogía de Deborah Levy en colores primarios es otro clásico contemporáneo. Se suelen colocar en una tumbona, junto a una copa de vino o de un café. Siempre de edición cuidada o encanto retro, porque pocas fotos de títulos de aeropuerto se ven en las redes.
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