El arquitecto del mono naranja que devuelve la sonrisa a enfermos mentales de Senegal que viven en la calle
Ibrahima Seck ha localizado a través de redes sociales a las familias de más de un centenar de personas con trastornos psicológicos y les ofrece ropa limpia y asistencia ante la acuciante falta de psiquiatras en el país
Ataviado con un llamativo mono naranja y guantes de látex, Ibrahima Seck, de 39 años, se acerca con extremo cuidado a Mamadou. No quiere asustarlo. El joven duerme en un parque de Dakar, cubierto por una manta sucia y desgastada. Seck lo despierta con suavidad y le dedica una sonrisa. Mamadou lo reconoce, no es la primera vez que le asiste. Aún medio dormido, se levanta asido a su brazo, la mirada perdida, las ropas rotas. Como cientos de hombres y mujeres que deambulan por los márgenes de la ciudad, omnipresentes en cada rotonda, en cada rincón, en cada barrio, su enfermedad mental le ha llevado a la calle, el hogar más duro que existe.
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