Tú de qué vas
¿No creemos de verdad, y profundamente, aunque jamás lo vayamos a decir en público, que somos mejores que la gente que nos pregunta irónicamente si somos mejores que ellos?
Nos subimos a un taxi de camino al Bernabéu. El taxista llevaba el móvil en uno de esos brazos que salen del cristal e informan al conductor de la ruta y asuntos personales con los que no contaba. Por eso, sentado en el centro de los asientos traseros, vi que le llegaba al chófer un whatsapp al móvil: “¿Tú de qué vas?”. Sacó la mano del volante rápido como un ninja y despachó para arriba ese preaviso de WhatsApp que le había llegado a la pantalla de inicio. Pero dura poco la alegría en casa del pobre. Al momento, otro pitido nos puso alerta a todo el taxi y media Castellana: “¿Te crees mejor que yo?”. Todo el coche ya era silencio. La pregunta no era moco de pavo. Yo me quedé dándole vueltas. ¿No nos creemos, íntimamente, mejor que los demás? ¿No creemos de verdad, y profundamente, aunque jamás lo vayamos a decir en público, que somos mejores que la gente que nos pregunta irónicamente si somos mejores que ellos? Por supuesto que lo somos, aunque no lo seamos: hay preguntas que remueven. El taxista no se anduvo con contemplaciones y volvió a mandar el mensaje a las nubes con los dedos. Parecía Gene Kelly.
¿Cuál es tu reacción?