Las críticas de teatro de la semana: un repaso al capitalismo testosterónico y la crueldad de Agota Kristof a escena
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados
Àlex Rigola inauguró el año pasado la coqueta sala Heartbreak Hotel con el objetivo de convertirla en el templo del actor y de la palabra. Sin espacio para escenografías aparatosas (ni de ningún otro tipo), la cercanía entre la escena y el espectador es absoluta y los intérpretes pueden hablar a un volumen normal. La sala con la mejor acústica de Barcelona debería ser visitada por más de un arquitecto. Ahora Rigola ha vuelto a David Mamet, y a una obra que conoce muy bien: Glengarry Glen Ross. Hace 21 años estrenó un montaje muy recordado en el Teatre Lliure: gran reparto, escenografía de impacto (pecera giratoria de cristal), música en directo. Ahora nos presenta una adaptación, muy destilada, para cinco intérpretes y espacio vacío. Dos taburetes y el título del espectáculo escrito en tiza en el suelo son la única escenografía. No hace falta nada más.
'Glengarry Glen Ross', de Àlex Rigola
Àlex Rigola recupera la obra de David Mamet, un montaje que dibuja con precisión quirúrgica la competitividad y el engaño del sistema económico. Crítica de Oriol Puig Taulé.'Gemelos', de Laura Pizarro, Juan Carlos Zagal y Jaime Lorca
La compañía chilena Teatro Cinema traduce al escenario esa mezcla de realismo crudo y lenguaje de cuento de hadas característica de ‘El gran cuaderno’, de Agota Kristof. Por otro lado, Basel Zaraa, palestino, pone al espectador en la piel de su hija mientras le habla de la diáspora. Crítica de Javier Vallejo.Todas las críticas teatrales
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